martes, 29 de abril de 2008

El "SI" de María


Anunciacion (25 de marzo)
Lc 1, 26-38
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»
María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,
porque ninguna cosa es imposible para Dios
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue.

Muchas veces hemos oído esta lectura, pero, le hemos tomado el “peso”?
Si nos fijamos bien, gracias a una palabra tan simple que la Virgen dijo, Dios pudo mandar a su Hijo al mundo. El SI de María no fue un si cualquiera, no fue un si “de pasada”… fue un SI de amor, fue un SI de entrega.
El Papa Benedicto XVI nos dice:
“…La Anunciación, narrada al inicio del Evangelio de san Lucas, es un acontecimiento humilde, escondido --nadie lo vio, sólo lo presenció María--, pero al mismo tiempo decisivo para la historia de la humanidad. Cuando la Virgen pronunció su «sí» al anuncio del ángel, Jesús fue concebido y con Él comenzó la nueva era de la historia, que después sería sancionada en la Pascua como «nueva y eterna Alianza»”
María nos invita a decirle a Dios “SI”… nos invita a entregarnos a Él completamente y sin miedo. Digo miedo porque pensamos que entregarnos a Él significa entrar a un seminario o convento. Estamos errados en ese pensamiento, ya que, hay grandes santos (Santa Mónica, madre de San Agustín por ejemplo) que se entregaron a Dios y no tuvieron que ingresar a un seminario o convento. No tengamos miedo de lo que Dios quiere de nosotros!! El Papa Benedicto XVI nos dice: "No tengais miedo de Cristo, Él no quita nada y lo da todo”.
Los invito a todos a entregarle nuestra vida a Jesús y a repetir con María y sin miedo “ He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tú palabra”

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