Se dice que María es la Omnipotencia suplicante porque, si bien no tiene poder que le venga de sí misma, no hay nada que no pueda obtener de Dios. Jesús jamás desatiende sus súplicas, y Ella jamás deja de atender a quien a Ella acude.
En una oportunidad, durante un exorcismo, el mismo Satanás confesó a Santo Domingo que si todos los santos, mártires, vírgenes, doctores y ángeles juntando sus méritos pidieran por un pecador a Dios, no obtendrían su conversión, pero un sólo suspiro de María bastaba para arrancarle millones de almas.
Por eso San Luis María atina a decir: “...al poder de la Virgen todo está sujeto, incluso Dios.” Esto no porque María sea superior a Dios, sino porque no hay nada que Dios quiera negarle a su humildísima Madre.
"Madre mía, quien reza sin contar contigo es como quien pretende volar sin alas..."
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