“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”, y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Éste es, por así decirlo, el programa grabado en el interior de cada persona, si tenemos la sabiduría y la generosidad de conformarnos a él, si estamos dispuestos a renunciar a nuestras preferencias para ponernos al servicio de los demás, y a dar la vida por el bien de los demás, y en primer lugar por Jesús, que nos amó y dio su vida por nosotros. Esto es lo que los hombres están llamados a hacer, y lo que quiere decir realmente estar “vivo”.
Jesús os ofrece su amor incondicional: la plenitud de la vida se encuentra precisamente en la profunda amistad con él.
Que el Espíritu Santo os guíe por el camino de la vida, obedeciendo sus mandamientos, siguiendo sus enseñanzas, abandonando las decisiones erróneas que sólo llevan a la muerte, y os comprometáis en la amistad con Jesús para toda la vida. Que con la fuerza del Espíritu Santo elijáis la vida y el amor, y deis testimonio ante el mundo de la alegría que esto conlleva."
(Extracto del discurso del Papa a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney)
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