miércoles, 25 de junio de 2008

Revestirse de Cristo

"La efusión del Espíritu en el Bautismo une al creyente como el sarmiento a la vid, que es Cristo, lo hace miembro de su Cuerpo místico. A esta unidad inicial, sin embargo, ha de corresponder un camino de adhesión creciente a Él, que oriente cada vez más el comportamiento del discípulo según la 'lógica' de Cristo: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo». Hace falta revestirse de Cristo.

En el recorrido espiritual del Rosario, basado en la contemplación incesante del rostro de Cristo –en compañía de María– este exigente ideal de configuración con Él se consigue a través de una asiduidad que pudiéramos decir 'amistosa'. Ésta nos introduce de modo natural en la vida de Cristo y nos hace como 'respirar' sus sentimientos.

«Como dos amigos, frecuentándose, suelen parecerse también en las costumbres, así nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los Misterios del Rosario, podemos llegar a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos, y aprender de estos eminentes ejemplos el vivir humilde, pobre, escondido, paciente y perfecto»."


(Carta Apostólica "Rosarium Virginis Mariae", Juan Pablo II)

1 comentario:

Jorge dijo...
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