martes, 1 de julio de 2008

Fundado en la Esperanza

"¡Qué grandes misterios de confianza y amor son para nosotros la pasión de Jesucristo y el Santísimo Sacramento del Altar!, misterios que fueran increíbles si la fe no nos certificara de ellos. ¡Un Dios omnipotente querer hacerse hombre, derramar toda su sangre y morir de dolor sobre un patíbulo!, y ¿para qué? ¡Para pagar por nuestros pecados y salvar así a los rebeldes gusanillos! Y ¡querer dar después a tales gusanillos su mismo cuerpo, sacrificado en la cruz, y dárselo en alimento para unirse estrechamente a ellos!

¡Oh Dios, tales misterios debieran inflamar en amor todos los corazones de los hombres! ¿Qué pecador, por perdido que se crea, podrá desesperar del perdón si se arrepiente del mal hecho, viendo a un Dios tan enamorado de los hombres e inclinado a dispensarles toda suerte de bienes?

Esto inspiraba tanta confianza a San Buenaventura, que prorrumpía en estas palabras: '¿Cómo podrá negarme las gracias necesarias a la salvación Aquel que tanto hizo y sufrió por salvarme?... Iré a Él fundado en toda esperanza, pues no me negará nada quien por mí quiso morir'"

(San Alfonso María de Ligorio, "Práctica del amor a Jesucristo")

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