martes, 2 de septiembre de 2008

"Madre mía, Tú que eres el mayor consuelo que recibo de Dios... Tú que eres el celestial alivio que suaviza mis penas... Tú que eres la luz de mi alma cuando se ve rodeada de tinieblas... Tú que eres mi guía en mis viajes... mi fortaleza en mis desalientos... mi tesoro en mi pobreza... mi medicina en mis enfermedades y mi consuelo en mis lágrimas.
Tú que eres el refugio de mis miserias y, después de Jesucristo, la esperanza de mi salvación, atiende a mis súplicas, ten piedad de mí como Madre que eres de un Dios que tiene tanto amor a los hombres.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!"

("Visita al Santísimo" , San Alfonso María de Ligorio)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dice San Alberto Hurtado, Santo Chileno "Todo lo tengo con maría" Enragarselo todo a ella, ponerlo todo en ella, todo el pasado y el futuro. Todo para ella. Todo para Dios.

Anónimo dijo...

Como dice San Alberto Hurtado, Santo Chileno "Todo lo tengo con maría" Enragarselo todo a ella, ponerlo todo en ella, todo el pasado y el futuro. Todo para ella. Todo para Dios.