jueves, 13 de noviembre de 2008

"No temas, María"

Ese “No temas” que el ángel Gabriel dirige a María, es una de las primeras frases del evangelio. En realidad, María tenía motivos para temer, porque llevar ahora el peso del mundo sobre sí, ser madre del Rey universal, ser madre del Hijo de Dios, constituía un gran peso, un peso muy superior a las fuerzas de un ser humano. Pero el ángel le dice: “No temas. Sí, tú llevas a Dios, pero Dios te lleva a ti. No temas.” “No temas”.
María nos dice esta palabra también a nosotros. Nuestro mundo actual es un mundo de miedos: miedo a la miseria y a la pobreza, miedo a las enfermedades y a los sufrimientos, miedo a la soledad y a la muerte. En nuestro mundo tenemos un sistema de seguros muy desarrollado. Está bien que exista, pero sabemos que en el momento del sufrimiento profundo, en el momento de la última soledad, de la muerte, ningún seguro podrá protegernos. El único seguro válido en esos momentos es el que nos viene del Señor, que nos dice también a nosotros: “No temas, yo estoy siempre contigo”. Podemos caer, pero al final caemos en las manos de Dios. Y las manos de Dios son buenas manos.

(SS. Benedicto XVI)

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