domingo, 9 de noviembre de 2008

Una primavera espiritual

"Pasa algo verdaderamente alentador en el mundo y sobre todo en Chile: como una segunda primavera además de lo material de la naturaleza, una primavera espiritual, durante el Mes de María. Todo cambia de aspecto, las Iglesias se repletan...

¿Por qué la Santísima Virgen tiene esta influencia en nuestras almas?, ¿qué atracción ejerce en nosotros? Primero una influencia intuitiva, sentimental, emotiva, porque, como se ha dicho, si Ella no hubiera sido creada por Dios, el hombre habría tenido que inventarla, es una necesidad psicológica del corazón humano. En el fondo, María representa la aspiración de todo lo más grande que tiene nuestra alma. La madre es la necesidad más primordial y más absoluta del alma, y cuando la hemos perdido, o sabemos que la vamos a perder, necesitamos algo del Cielo que nos envuelva con su ternura.

¡Que difícil es pasar en repaso tan rápido los privilegios dogmáticos de María!, pero el alma intuye que como el corazón del joven de 20 años necesita una niña que complete su vida, la humanidad necesita esta Madre tierna, Virgen pura, ser humano lleno de divinidad, que ha recibido de Dios, en María. Aún los que no saben teología quedan absortos cuando ven lo que es.

Ella no es divina, es enteramente de nuestra tierra, como nosotros, plenamente humana: hacía lo oficios de cualquiera madre, pero sintiéndola tan totalmente nuestra, la reconocemos como trono de la divinidad."

(San Alberto Hurtado)

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